MIS OJOS LLENOS DE TI

Esta novela surgió de un sueño. Me desperté reteniendo aun con bastante claridad la imagen de una joven tocando el violonchelo en un cementerio. También había en mi sueño un niño que vivía allí, en el camposanto. Lo curioso es que no derivara en una pesadilla plagada de zombis, que es como suelen acabar siempre mis pesadillas. Ya os hablaré en otra ocasión sobre mi relación con los zombis. Solo pude retener esas dos imágenes en mi cabeza. Me rondaban y rondaban hasta que fui hilvanando mis propios recuerdos con la historia de tres personas que, de un modo u otro, deben vencer la soledad que ha invadido sus vidas.

Es una historia muy personal en el sentido más estricto de la palabra. Muchos de los pensamientos de Leonardo y de Arturo son los míos propios; incluso la evolución del primero podría ajustarse mucho a la mía desde mi adolescencia a la edad adulta. La soledad es un tema tan esquivo como atractivo; muy pocos la desean, pero desde el punto de vista literario es una fuente de inspiración. Ninguno de los tres protagonistas desea esa soledad; es como un agujero negro del que es casi imposible librarse.

A pesar del dolor en el que me sumerjo en este libro, o precisamente por ello, decidí revestirlo con una gruesa pátina de sentido del humor. Creo sinceramente que con sentido del humor podemos enfrentarnos mucho mejor a los problemas que nos presenta la vida. Es, desde luego, Leonardo quien concentra el mayor porcentaje de humor, pero, Sonia y Sandra también tienen su pequeña dosis; está claro que el dolor de ellas dos es mayor e intenso, provocado por causas ajenas a su voluntad, mientras que ha sido Leonardo, él solito, quien se ha convertido en un misántropo refugiado en  el consuelo que proporcionan el cine e internet.

Una de las cosas que me atrajo poderosamente de esta historia fue la de poder meterme en la piel de un muerto. Dicho así, suena fatal, pero poder manifestar el pensamiento de un muerto que permanece junto a los suyos resultó ser para mí una vía de escape muy importante, como una terapia. Hablando por el espíritu de Arturo creía yo estar escuchando a algún psicoanalista interesado en atenderme. Otra forma perfectamente legítima de interpretar al personaje de Arturo es identificarlo como la conciencia de su esposa, Sonia. Totalmente válido, en especial para los agnósticos  a los que les cueste identificarse con un espíritu.
Hay tantos temas tratados en esta novela, tantos como problemas y satisfacciones nos pueda dar la vida; porque de eso es de lo que trata esta historia, de la vida de estos tres personajes y su lucha por levantarse. Precisamente, como creo en la vida y en el amor, el libro desprende un aroma (espero que solo eso, un aroma) de esperanza, pues estoy totalmente convencido de que esta no debe abandonarnos jamás, ni nosotros a ella. Estoy plenamente convencido de que sin el amor que siento hacia mi pareja, esta novela no existiría.

Habrá adolescentes que se vean reflejados en esta novela de un modo u otro, puesto que el acoso y el vacío van a formar el carácter de Sandra, la hija de Sonia. Intensificado por las redes sociales y, en general por las nuevas tecnologías, los abusos entre adolescentes han marcado la personalidad de muchos de nosotros. En esta historia me centro en el vacío deliberado que se ejerce sobre otra persona. Pocos padecimientos son comparables a ese. Nadie me habla, nadie me llama, a nadie caigo bien, todos me evitan…Lo que me ha llevado también a tratar dos lastres que, en mayor o menor medida, hemos cargado alguna vez: la inseguridad y su hermana mayor la falta de autoestima. ¿De qué manera nos afecta en el desarrollo de nuestra personalidad? ¿Cuántos proyectos e iniciativas hemos abandonado o se han quedado en el tintero por estar sufriendo una de esas dos  desgracias (o las dos)? Me ha apasionado escribir sobre ello y, ¿quién sabe?, puede incluso que la lectura de este libro estimule positivamente a más de uno. Eso sería grande.

El tiempo es otro de los protagonistas, o, más bien, el paso del tiempo; en unos lento como una tortuga, en otros, vertiginoso. El tiempo y su principal interrogante, la muerte y el sentido de nuestra existencia. Físicamente he querido plasmar el paso del tiempo, más que en la transformación externa de los personajes, en el desarrollo de la tecnología, en especial internet. Dos mundos, el analógico que muere y el digital que nace y avanza esplendorosamente como los homo sapiens sobre los neandertales.

El título de la novela me lo sugirió una de mis canciones favoritas “le tasche piene di sassi”, del genial Giovanotti, cantante que siempre recomendaré. Magnífico músico y gran poeta. En una de las estrofas aparece la frase “e gli ochi pieni di te” (y los ojos llenos de ti)


                 

No hay comentarios:

Publicar un comentario