jueves, 22 de diciembre de 2016

Como escritor, sabes que tienes una buena historia entre manos cuando no puedes pensar en otra cosa. No hay nada más en tu cabeza. Por eso, quisiera disculparme de antemano a las personas que me hablen en los próximos meses. Yo les miraré con atención e incluso de vez en cuando soltaré algún “ajá” afirmativo, pero, vamos, que mi cabeza estará en otro sitio.

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