domingo, 13 de noviembre de 2016

EL SILENCIO (relato)



Los colores del amanecer inundaban el horizonte mostrándose como el gran colofón de nuestra noche de fiesta. Regresábamos de la verbena con el dolor en las quijadas de tanto reír. Una risa contagiosa, dopada. La autopista era nuestra. Comentábamos las mejores jugadas de la noche entre carcajada y carcajada, entre calada y calada. La fiesta se había subido al coche con nosotros.
Fui el primero en verlo y mi drástico mutismo indicó a los demás la dirección a la que debían mirar. El silencio nos invadió. Un silencio severo, rígido, tajante. Mientras lo tuvimos a nuestro alcance, nuestros ojos se mantuvieron fijos en aquel zapato roto que yacía abandonado en medio de la autopista. Ya no quisimos hablar. Tampoco reír.

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