domingo, 3 de julio de 2016



Como lector, vivo anclado en el siglo XIX. De vez en cuando, me doy una escapada por el siglo XX o por el siglo XXI con desiguales resultados. Mis dos últimas incursiones fueron el mes pasado con dos escritores españoles cuyas novelas me dijeron menos que un encefalograma plano; y  es una pena porque sus historias pintaban bien. Por eso, aquí estoy de nuevo, siglo XIX. Bienvenido, señor Oblómov. Para mí ese siglo es ir sobre seguro, me imagino que se debe a que sus autores han sido consagrados por la historia. Los escritores actuales buscamos que nos lean, algunos con más fortuna que otros, y aun nos quedan muchos años para saber nuestro lugar como autores, por lo que, pienso, es más fácil para el público tropezarse con novelas que no les agraden. Es muy complicado ir sobre seguro. Para mí significa vivir una plena e intensa contradicción: lector del siglo XIX, escritor del siglo XXI.

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