jueves, 16 de junio de 2016

Alguna vez me han preguntado cuál de los X-men querría ser, y yo les he contestado que Tormenta. Ante su cara de estupefacción, lógica pudiendo elegir ser Magneto o Lobezno, les explico. Trabajo diez meses al año con adolescentes, trabajo que adoro. No obstante, cuando llega el verano, los adolescentes no solo no desaparecen de mi vida sino que atestan la piscina comunitaria con sus gritos, porque hablan gritando a pesar de estar uno al lado del otro,  con sus volteretas competitivas ante sus amigas, con sus móviles… Entonces, yo, desde la ventana, invoco los poderes de Tormenta, vuelco los ojos en blanco y provoco el diluvio universal sobre la piscina para que se vayan. Por otro lado, nada nuevo bajo el sol, porque me imagino que eso, o peor, era lo que imaginaban los vecinos de mi barrio cuando llegaba el verano y mis amigos y yo no salíamos de la calle, gritando, haciendo partidos de fútbol hasta que venía la policía, rompien…Bueno vamos a dejarlo aquí.

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