jueves, 28 de enero de 2016

La vida en el rostro (relato)

Soy maquilladora. Me encanta mi trabajo. Lo que más me gusta es hablar con los clientes, aunque la mayoría de las veces he de hacerlo mentalmente o en un susurro casi imperceptible. A veces les cuento mi vida, pero en la mayoría de las ocasiones les adivino las suyas. He aprendido a imaginarlas observando sus rostros. Hay quienes reflejan al instante la vida maravillosa que han tenido; otros, solo me muestran desgracias y dolor, pero yo trato de reconfortarles y eso me hace sentir bien mientras les maquillo, aunque desde luego, he tenido clientes que me han hecho llorar. Es demasiado pronto para que yo les maquille, demasiado injusto. Luego, con mucha discreción, recojo mi equipo, me acerco a los familiares para darles el pésame y me marcho.

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