jueves, 18 de septiembre de 2014

Con solo cuatro notas

Me pregunto cómo será posible que con tan solo cuatro notas, Clint Mansell haya conseguido una composición tan abrumadora. La repetición. Los renacentistas, en especial los arquitectos, dotaron de belleza a sus obras a través de las repetición. Ventanas y puertas colocadas de forma simétrica, una tras otra, y el edificio, casi por arte de magia, adquiría mayor ligereza y armonía. Resultaba bello. La banda sonora de  la turbadora "Requiem por un sueño" es para mí como uno de esos edificios. A través de la sencilla sucesión continuada de cuatro notas consigue emocionarme. Suele ser que lo más simple acaba siendo lo más bello. Hay que dejarse llevar por esta magnífica composición; poco a poco, sin prisa,  hasta alcanzar la fuerza estremecedora de su leitmotiv. No me canso de escucharla.

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