jueves, 14 de agosto de 2014

Mi primera vez

Siempre hay una primera vez. ¿Recordáis la vuestra?, ¿recordáis la primera vez que fuisteis al cine? ¿De qué pensabais que estaba hablando?
En mi familia siempre hemos sido muy cinéfilos; es algo que nos inculcaron nuestros padres desde muy pequeños. Fue precisamente con mi madre con quien fui por primera vez al cine. Ese momento para los padres me imagino que debe de ser muy especial: que sus hijos vean por primera vez una sala de cine, las golosinas previas, la expectación haciendo la fila, eligiendo butaca. Se apagan las luces y aparecen las primeras imágenes. El reflejo ilumina el rostro impresionado del chiquillo…y los padres mirándole, grabando esos momentos en sus retinas. Es un acto tan trascendental como sus primeras palabras o sus primeros pasos por este mundo.
Hoy, quizás, con esta era digital que estamos viviendo y la desaparición de las grandes salas de cine, ese momento no sea tan especial. Para qué me engaño, si hoy en día un niño de cinco años maneja con soltura un móvil último modelo, ¿cómo voy a esperar que le impresione la primera vez que entra a un cine?
Teatro San Martín en la
actualidad
Marty Feldman como Igor
Mi primera vez fue en el teatro San Martín, en la calle del mismo nombre del barrio del Toscal, en mi ciudad natal, Santa Cruz de Tenerife. Un cine que cerró, como tantos otros, agobiado por la proliferación de multisalas y los videoclubs de la época (cerró en 1984). Mi madre nos llevó a ver la comedia del momento “Jovencito Frankestein”. Para qué fue aquello: lejos de parecerme una comedia, desde el momento en que vi a Igor (el genial Marty Feldman) me puse a llorar y gritar como un poseso. No digamos ya cuando apareció la criatura (Peter Boyle). No hubo forma de que mi madre me calmara. Para colmo, en un momento dado, creo que era cuando más miedo tenía, la luz se fue y quedamos totalmente a oscuras. Tuvimos que irnos debido a mi pánico. Yo debía de tener unos cuatro o cinco años. Creo que mi madre no pudo fijarse precisamente en la luz de la pantalla que iluminaba mi rostro y dudo mucho que para ella fuera un momento especial dado la guerra que le di esa tarde.

Peter Boyle como la criatura de Frankestein
Años más tarde pude disfrutar y reírme con esa maravillosa película (de hecho, la única que me gusta de su director, Mel Brooks).




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